“La Cruz Roja me ha dado formación y preparación, equidad, voluntariedad, diplomas y reconocimientos. Y, por encima de todo, satisfacción personal, ser la persona que soy”. |
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Javier Zárraga es persona de pocas palabras, que disfruta mucho más escuchando que hablando. Es el Presidente de la Cruz Roja Bizkaia, una tarea que compagina con su labor como administrador-gerente del Real Club Marítimo del Abra-Real Sporting Club, que ejerce desde 1977 y que supone su único trabajo remunerado. “Empecé a colaborar con la Cruz Roja con 16 años, en mayo de 1972, siendo alumno del Colegio Santiago Apóstol de Bilbao. Me acerqué al Hospital de la Cruz Roja en Doctor Areilza, en cuyos bajos estaba la Cruz Roja de la Juventud. Estaba Ricardo Atilano, que siempre ha estado a mi lado y aún sigue. Desde aquel día, hasta hoy” Hasta llegar al cargo que desempeña hoy día, explica, ha pasado por todos los puestos dentro de la Institución. “La Cruz Roja me ha dado formación y preparación, equidad, voluntariedad, diplomas y reconocimientos. Y, por encima de todo, satisfacción personal, ser la persona que soy. Desde luego es un reto que exige esfuerzo y dedicación, y sacrificio para la familia. Es una llamada que no sé explicar. Una responsabilidad de gestionar el dinero de los demás, para que llegue donde se necesita”.
Están apunto de cumplirse sus cuatro años de mandato y, si sus compañeros voluntarios así lo desean, le gustaría volver a presentarse. Mientras, es el momento de hacer balance. “Afortunadamente cuento con el reconocimiento a los voluntarios que este año pasado han llegado a 9.000. El reconocimiento a los socios y colaboradores, cerca de 21.000, que han compartido conmigo estos cuatro años. En 2014 en el Plan de Inclusión Social, la atención a más de 32.000 personas y en Socorros y Emergencias, 15.000. En estos cuatro años podemos hablar de la atención a 200.000 personas. Estamos constantemente actualizándonos, renovándonos y adaptándonos a lo que la sociedad nos demanda. La crisis ha hecho daño a esta sociedad, pensábamos que no llegaba y ha llegado, ya no sólo a desconocidos, sino que ha tocado a personas que son nuestros vecinos. Y a muchos les da vergüenza pedir ayuda, kits de alimentos, kits infantiles, kits de aseo, pero para eso estamos. Ha desaparecido una buena parte de la clase media que ahora es baja. Estamos de lleno ahora con los programas de empleo, vivienda y pobreza energética. Más de 230.000 vascos no pueden encender la calefacción por falta de medios, y tienen que optar por pasar frío para poder comer y pagar otras facturas. Siempre quedan cosas en el tintero y, por desgracia, la sociedad siempre te demanda nuevas tareas y retos, pero puedo asegurar que esté yo o esté otra persona en la Presidencia, nunca estaremos con las manos cruzadas, siempre estaremos intentando hacer el trozo que nos toca, un mundo mejor”.
